lunes, 17 de noviembre de 2008

EXCLUSIÓN Y DESERCIÓN ESCOLAR EN UN BARRIO MARGINAL

Autor: Rodríguez Rossi Lisandro Germán


Esta problemática esta descripta y desarrollada en una escuela de enseñanza técnica nº 660 del barrio Empalme graneros de la ciudad de Rosario. La institución educativa funcionará como modelo de otras escuelas de zonas carenciadas y marginales donde la deserción y exclusión de estudiantes es significativa en cada ciclo lectivo.

En el correr de este año (2008) desarrolle una estadística del año 2007 relacionada con la matricula inicial y su matricula final de la escolaridad, pude determinar algo muy preocupante y hasta diríamos tenebroso, solo el 5% de los estudiantes que ingresan al 8ª año (el primer año dentro de la escuela) terminan el polimodal, el gran numero de desertores (es un termino no muy agradable pero es el que se usa) o de abandono ya sea por trabajo, se da en los primeros años, para arrancar el 1º del polimodal con una matricula muy baja. El rendimiento escolar de los alumnos de 8 y 9 año es de 5 (cinco) de una escala de 1 a 10 y que a demás es donde se puede vivenciar los actos de violencia y repitencia mas importantes, algunos son expulsados por actitudes agresivas de diversos tipos, el mas común es la agresión verbal y física a docentes y directivos, como así también la destrucción de espacios donde ellos trabajan. Muchos alumnos de 8% año (casi el 70%) terminan el ciclo con más de siete materias no aprobadas, el rojo en las libretas salta en la distancia, como si este no fuese un llamado de atención y reflexión para la institución.

La exclusión como mecanismo conciente o inconciente de la escuela es expresado por los mismos actores que la compone (docentes, directivos y alumnos), el docente mediante un conformismo y falta de compromiso por el cambio (si bien hay docentes que desean cambiar no lo logran por el fuerte predominio estructural de su propia historia), muchos utilizan un tipo de violencia indirecta, es decir, dejar pasar o ser indiferente a la problemática, que no es mas que mutilar al sujeto que aprende, porque el individuo cuando entra a la institución se sujeta al docente, es sujeto de su educación, cuando el alumno no logra sus expectativas o no lo entiende y ni siquiera se siente identificado con el docente, este pierde autoridad y al perder autoridad el educando deja influenciarse por otra autoridad mucho mas peligrosa que es el de las bandas.

Los directivos poco pueden hacer ya que están enredados y burocratizados en cuestiones administrativas, con bajadas ministeriales que poco realismo tiene con las necesidades de cada institución, si bien la educación tiene un concepto de homogenización, los resultados están años luz de esa consigna donde mas que nunca se manifiesta una hetereogenidad y diversidad de los individuos. Recién ahora se plantea en la educación Argentina el concepto de hetereogenidad, pero las propuestas y el sistema educativo en si, no se engrana en la realidad institucional.

Lidia Fernández dice que el fracaso en la adaptación escolar es el preanuncio de una inadaptación futura, y esto es muy importante comprender, la escuela estuvo pensada y diseñada para la clase media, su impronta produce un conflicto entre el hogar y escuela entre quienes no pertenecen a esa clase, es por eso que la clase baja (población marginal y carenciada del barrio) no se siente identificada y por consecuencia son los posibles desertores del sistema. Robert Castel plantea que las dinámicas de la exclusión pueden estar actuando antes de que se llegue a la exclusión, quiere decir que la escuela tiene conciencia histórica y herramientas de ante mano para prevenir la deserción.

El estado como aparato ideológico escolar (Louis Althusser) debe enfrentar ese compromiso estructurante, si bien como señala Todesco, que la escuela es una agencia de imposición cultural donde predomina la orientación hacia los valores más conservadores del orden social, como la obediencia, respeto y el autoritarismo, en los sectores sociales mas bajo crea un conflicto de pertenencia cultural donde los códigos que se utilizan distan mucho de los impuestos. Bernstein cuando planteo los códigos lingüísticos como estructura de clases, determino un código restringido y uno elaborado, el código de los obreros (clases sociales bajas) era restringido, pero no por eso eran deficientes, eran deficiente para la escuela, ya que ésta utilizaba el código elaborado. Existen desarrollos cognitivos que hablan de hábitos primarios que se gestan en el seno de la familia y hábitos secundarios que son producidos por la acción pedagógica, esta no hace más que ajustar los primeros. Es por eso que la enseñanza es conflictiva en las escuelas de zonas marginales, porque no atienden esas diferencias tan esenciales para ejercer una pedagogía constructiva, de hecho hay docentes, yo he sido testigo ¡Que desarrollan clases a un nivel universitario!, por eso cuando la moda pedagógica impone palabras nuevas como es la palabra diversidad, una palabra tan profunda que lejos están de comprenderla, tiene como fundamento la inclusión cultural y su construcción de los significados pedagógicos.

En la esuela nº 660 a lo cual desarrollo esta problemática no se construye una reflexión acerca de lo planteado y es por eso que cumple con un rol exclusivo, conciente e inconciente, no hay un sentimiento de pertenencia, no se expande al barrio, no contempla la carga del alumno y los padres, muy pocos son los que asisten, son invitados solo para la entrega de libretas.

Como se puede ver que esta debilidad escolar es el principio de todo y es lo que determina en el futuro la deserción o no deserción de sus alumnos. Los satisfactores sociales posibles seria la apertura al barrio y su cultura, transformar la institución como una identidad que represente a la zona barrial, con proyectos de integración donde participen otras entidades barriales y asociaciones vecinales. Como es una escuela técnica (con terminación en electricidad) se debería promover propuestas laborales dignas para aquellos que estén terminando la escolaridad, pero no una pasantia gratuita que carece de una real inclusión social, si no la de ejercer una representatividad en el barrio donde se respete y valore a los egresados, que les de un estatus social y que mediante estrategias de promoción o publicidad la institución sea reconocida como un medio significativamente socializador.

El pedagogo social constituye una herramienta importante para desarrollar estrategias socioeducativas, en ese ámbito es donde debe actuar, una interesante propuesta seria la educación no formal como apoyo y refuerzo de los egresados, donde podrán perfeccionarse en el campo de la electricidad. Esta educación no formal tiene que incluir áreas de desarrollo expresivo y creativo donde no estén condicionados con la rutina educativa, si no que genere un espacio donde se sientan contenido y puedan manifestar sus inquietudes en un ambiente agradable para culto espiritual y social.

La exclusión y la deserción escolar vibran en el ritmo social y se hace eco de una melodía que le es ajena, silba y tararea en el más vulnerable sin conocer a su autor.

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